En la propiedad horizontal
Existen conflictos vecinales de todo tipo: morosidad, mejoras, reparto de los gastos comunes entre viviendas, locales y garajes, gastos extraordinarios, la realización de nuevas instalaciones, etc. Con independencia de la figura del administrador de fincas, quien al final es parte integral del organigrama de la Comunidad de Propietarios, el mediador externo puede ayudar a mejorar las relaciones vecinales y en la resolución de conflictos de todo tipo: ruidos, actividades molestas, convivencia con animales, etc.
En el barrio, pueblo o ciudad
Los problemas pueden transcender más allá de las paredes de nuestra casa. Existen conflictos vecinales que pueden resolverse a través de la mediación sin tener que recurrir a la interposición de denuncias. La resolución de una disputa o desencuentro puede prevenir la generación de un conflicto mucho mayor. La mayoría de situaciones de conflicto entre vecinos acaban en juicios por delito leve, que a ninguna de las partes satisface, puesto que no profundizan en el verdadero problema, sino tan sólo en alguna de sus manifestaciones o resultados. Se trabaja la historia del conflicto para desentrañar todos sus vértices y encontrar una respuesta global que ayude a mejorar y transformar la convivencia vecinal.
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